¿Cuántas fotos habréis sacado a vuestros hijos? ¿Cientos? ¿Miles?

¡Yo desde luego creo que miles! Ahora que revelar ya no cuesta dinero, y puedes visualizar el resultado en tu cámara, móvil, tablet u ordenador… cada vez sacamos más fotos. Pero cuando te sientas a verlas… ¿cuántas merecen realmente la pena? A mi me ha pasado alguna vez que he sacado muchísimas en un momento concreto, y cuando las he visto no se salvaba ni una. El momento, claro, ya ha pasado, y no he conseguido el recuerdo fotográfico que yo quería.

Por eso este artículo del Blog de Babycenter me ha parecido muy interesante. ¡Espero que a vosotros también!

Os dejo aquí el enlace al artículo, pero os resumo a continuación los consejos de la fotógrafa profesional en los que se basa.

1. Utiliza colores neutros
Uno de los detalles más bonitos de los peques es la piel, las pequeñas manos, el pelo si es que tienen. La mejor manera de guardar estos recuerdos es usando colores neutros en ropa y donde estén tumbados, que no ganen en importancia en la foto.

2. Acércate a una fuente de luz natural.
La luz de día hace que nuestras fotos tengan un color natural y la piel se vea suave. Los flashes dañan los ojos de los bebés si están despiertos y dan brillos a la piel poco naturales. Las luces de casa suelen dar un tono amarillo o naranja poco favorecedor. Así que estar cerca de una ventana es una buena idea siempre y cuando no entre luz directa.

3. Ojo con la perspectiva
En los retratos siempre serán más llamativas las fotos que muestran los ojos, y con los bebés es particularmente importante poner atención a este detalle porque están siempre acostados. Nadie quiere ver la nariz por dentro o la frente de tu bebé, por eso mejor sacarle de frente, de lado… pero no desde abajo.

4. Acércate
Llena el encuadre con el bebé. ¡Es el protagonista!

5. Registra las expresiones

Durmiendo parecen lo más dulce del mundo, pero hay expresiones características de cada uno de las que querrás guardar un recuerdo: un bostezo, un estornudo, una sonrisa, unas cosquillas… ¡hasta el llanto en un berrinche!

6. ¿Y los hermanos?

Es bonito sacarles juntos cuando el pequeño aún es un bebé, para ver más adelante cómo era el mayor (y lo pequeño que era en realidad) cuando su hermano nació. La fotógrafa recomienda que las fotos con los hermanos sean siempre al lado de un adulto o en la cama recostados, para que el hermano mayor no tenga que sostener todo el peso del bebé y no nos llevemos sustos.

7. El entorno
En las fotos de retrato el entorno tiene que ser tomado en cuenta. Como escenario, y para ver lo peque que es el bebé en relación con su entorno.

8. Los detalles
Los pies, las manitas, la barbilla, la papadita (esto es mío, me encantan…)… Pequeñas cosas que a veces obviamos y es bonito guardar para siempre.

¡Ale! ¡A disparar!