Hoy os llamo la atención sobre un asunto me ha dejado perpleja: las bombillas de bajo consumo y su peligro al contener mercurio.
Con la llegada al mercado de las bombilllas de bajo consumo se logró reducir el gasto de energía pero no la contaminación. El uso de lámparas de bajo consumo se impuso por ley sin considerar los riesgos sanitarios y ambientales cuando se rompen o desechan.
¿Es seguro entonces su uso en nuestros hogares?
Me llama la atención de que a pesar de contener mercurio gaseoso, la OCU no considera peligrosas estas lámparas, pues sus técnicos no han detectado pérdidas durante su funcionamiento.
Vale, si no se rompen son seguras, pero… ¿y si se rompen? Su contenido en mercurio supone un peligro para la salud cuando se rompen y sus gases son inhalados. Por eso cuando se desechan deben ser tratadas como residuos peligros. En caso de rotura, esta organización recomienda seguir los siguientes pasos:
1. Vaciar de gente la habitación y dejar una ventana abierta durante unos 10 minutos (apagar el aire acondicionado si está puesto).
2. Recoger los restos de la bombilla con un trozo de cartón o una toallita húmeda en lugar de la escoba o la aspiradora.
3. Meter los restos en una bolsa, junto al cartón y la toallita utilizados, y llevarlos a un punto limpio, donde se recojan fluorescentes para su reciclaje.
Muchas medidas para ser un producto seguro, ¿no creéis?.
Lo que no nos han explicado son las consecuencias de la exposición a los gases de estas lámparas cuando se rompen, sobretodo en los niños. Creo que merece la pena llamar la atención sobre ellos. Aunque la cantidad de mercurio que contienen es de unos 2 miligramos, mil veces menos que un termómetro, esta sustancia es extremadamente tóxica.
Estudios sobre trabajadores expuestos han demostrado que inhalar cantidades significativas de mercurio puede provocar inflamación de los pulmones, trastornos en los riñones, gastroenteritis, agitación y temblores. Ingerir una gran dosis de mercurio puede ser mortal. Incluso la exposición a niveles inferiores durante largos períodos de tiempo puede ser perjudicial. Además, se sabe que los niños y los fetos son más vulnerables frente al mercurio.
De hecho, si los comparamos con los adultos, los niños aspiran más aire en relación a su tamaño y son más activos físicamente, por lo que inhalarían cantidades relativamente mayores de vapor. Además, los niños pequeños se meten los dedos en la boca y otros objetos, por lo que es más probable que ingieran cualquier gotita de mercurio adherida a las superficies o al polvo.
Francamente, yo no me arriesgo a que se caiga la mesilla de noche, se rompa la bombilla de bajo consumo, y a pesar de poner en marcha «la evacuación y limpieza» me quede la duda de que queden residuos tóxicos donde duermen mis hijas. Conclusión: Bombillas de bajo consumo descartadas.
Os dejo un vídeo sobre las bombillas de bajo consumo. Es largo… muy duro y escalofriante. Entre otras cosas muestra el caso de un niño alemán enfermo por intoxicación por mercurio al romperse la bombilla de bajo consumo de una lámpara de pie en su casa.
Fuentes consultadas:
OCU (Organización de Consumidores y Usuarios)
¡Feliz fin de semana!
Yo lo he visto y me he quedado preocupada. He cambiado todas las bombilla de los niños por las incandescentes de toda la vida. Las bombillas de bajo consumo ahorran si las tienes mucho rato encendidas sino, no valen la pena ya que son bastante más caras que las bombillas incandescentes.
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No lo sabía. Muchas gracias por la info. Además dan poquísima luz, nunca me han gustado.
Un saludo.
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Gracias a ti! Al final riesgos… Los justos!
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La verdad es que sí parece preocupante, aunque la probabilidad de rotura no es mucha..Habrá que tener cuidado.Merci x la info.
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Bastantes riesgos tenemos ya… Como para quedarnos con la duda! Gracias por tu comentario Esther!
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